Rafael Castillo

“La información está en todas partes, no sólo encerrada en una biblioteca”

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Rafael Castillo (con el cartel azul)

Rafael Castillo, nacido en febrero de 1970 en Santiago, realizó sus estudios como Bibliotecario Documentalista en la UTEM entre 1994 y 1999. Estudió también diseño en el DUOC de la Universidad Católica, egresando el año 2008.
Llegó a la carrera tras, por medio de su hermana, conocer a una estudiante de Valparaíso que estudiaba Bibliotecología y conocer un poco sobre su trabajo y la orientación de la carrera.
Ingresó a la UTEM al año siguiente de su creación, en 1994. De su etapa como estudiante, recuerda:

En esa época uno venía saliendo — era el primer gobierno de la Concertación, algo quedaba de creer que la política era un aporte, y todo ese tipo de sueños que uno tiene en algún momento. Pero que definitivamente, con el pasar de los años, se desgastan finalmente.[…] Y creo que la Universidad lo reflejaba, creo que alcancé a vivir una buena época en la Universidad, en un principio cuando recién se creó. […] Me tocó estudiar también en Macul, por lo que nosotros teníamos acceso a filosofía, ciencias, a la Facultad de Artes, pasábamos todo el tiempo allá de hecho. Siempre íbamos a ver exposiciones, o alguna charla de filosofía, o también incluso al Pedagógico. Creo que ese contexto para nosotros fue super enriquecedor, definitivamente enriquecedor.

Apenas egresado, y dándose cuenta de sus falencias en el área tecnológica, decidió enfocarse a esta área, de la mano de Paula Muñoz Rosatti, en ese entonces bibliotecaria de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Chile.

Luego de trabajar realizando asesorías a diferentes empresas (Entel, Codelco, Conama – entre otras); comenzó a realizar clases en la Escuela de Bibliotecología; tras un largo tiempo resolviendo dudas de estudiantes recibiéndolos en su trabajo anterior. Dada su experiencia profesional, ha especializado su enseñanza en los ramos con contenido tecnológico. Comenzó siendo ayudante del ramo de SARI [Software de Almacenamiento y Recuperación de Información] complementando el ramo del profesor Leonardo Reyes; y actualmente comparte la cátedra del ramo Recuperación de Información con el profesor Guillermo Toro.

En cuanto a su trabajo como docente, siente que ha ido de menos a más, intentando entregar los conocimientos adquiridos en sus diferentes trabajos: asesorías a diferentes empresas, configuración y utilización de sistemas automatizados, etc.
Desde su etapa como estudiante se ha caracterizado por ser bastante crítico con la formación bibliotecaria y con su entorno, hecho que él mismo reconoce. Al ser consultado sobre la formación bibliotecaria actual, desde su punto de vista, faltan mecanismos de control dentro de la Carrera:

No puede ser que haya alumnos (y no pocos) que se acerquen a preguntarme sobre contenidos de otros ramos, cuando se supone que para eso está ese profesor. Entonces lo que se concluye es que, o no están aprendiendo, el profesor no les responde, o vaya a saber uno qué esta sucediendo. Pero es una situación un poco rara, la encuentro definitivamente anómala. No puede ser que el profesor en sus clases no resuelva las dudas correspondientes a su clase.
[…]
En la malla aparecen los contenidos pero no se enseñan. Creo que los estudiantes ni siquiera se han dado cuenta que entre lo que dice la malla con lo que hay en sus clases, no hay relación; salvo en excepciones como en todo caso. Sí hay profesores que se preocupan y hacen mucho más de lo que dice la malla; pero también hay otros profesores […] que se arrancan por un laberinto propio, que no tiene nada que ver, y se duplican contenidos. Y lamentablemente los estudiantes por no cachar, no saben lo que está pasando. Creo que eso es nocivo, y a eso me refiero cuando digo que no hay control. Creo que no se nos exige en ese sentido, llevar una pauta mas estrecha entre programa y clases.

Este pensamiento lo llevó a terminar la carrera de Bibliotecología con cierto aire de frustración: sentía que los conocimientos y la formación que había recibido no eran lo que esperaba. Sentía que a su formación universitaria le faltaba un mayor nivel de exigencia, o de complejidad.
Sin embargo esta opinión ha evolucionado a través del tiempo. En esto influye el haber estudiado otra carrera y haber conocido otras realidades académicas, tanto desde el puesto de alumno como desde el puesto de profesor. Al respecto nos relata:

Cuando estudié diseño me di cuenta del verdadero valor que tenía un bibliotecario. Porque cada vez que tenía que hacer un trabajo, cada vez que tenía que explicar algo, cada vez que tenia que resolver algo, en términos de información (y que obviamente todo lo tiene), ya estaba siempre resuelto. Y ahí empecé a darme cuenta que esto era importante. Y traté de darle otro enfoque al tema de la información. Me daba cuenta que la información esta en todos lados, no está encerrada en una biblioteca. Me cuestionaba siempre por los gerentes de empresa, de donde obtienen información para comprar y vender cosas y desarrollar sus negocios, y siempre pensé "ahí hay información, por qué no lo hace el bibliotecario, por qué no está en un directorio, por qué no está colaborando con un empresario…”.[…] Creo que esta carrera es inmensa y podría estar inserta en un montón de lugares en que actualmente no está.

Actualmente, se enfoca no tan sólo en hacer clases y entregar los conocimientos correspondientes a la asignatura, sino también en compartir experiencias personales ligadas a la carrera con sus alumnos; a enriquecer el proceso de enseñanza. Sobre esto nos comenta:

Me he dado cuenta que a mi me gusta hacer clases. Y como me gusta hacer clases, me preparo para hacer clases. Y estudio para hacer las clases. No solamente me quedo con la experiencia que obtuve haciendo asesorías, que todavía las sigo haciendo, sino que me gusta el tema de la pedagogía, y busco y estudio el tema de la pedagogía, estudio también psicología. Trato de profundizar en eso. Y eso es simplemente porque me gusta, me gusta enseñar. No lo sé todo, de ninguna manera, y muchas veces me encuentro con estudiantes de los cuales aprendo mucho. Pero esto sería como un llamado: me gustaría que hicieran clases los profesores que les gusta hacer clases. Que realmente les interesa y les motiva poder enseñarle a otros. Pero me da pena, de verdad, me desilusiona, cuando veo colegas que el resultado de sus clases, de lo que ellos está haciendo, no es bueno. […] Me hubiese gustado mucho que cuando un profesor me hubiese hecho clases le hubiese gustado lo que estaba haciendo. Trato de cumplir con eso. Con lo que a mi me hubiese gustado como estudiante.

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